LUNES
08/02/2021
EN ALGÙN LUGAR DE LA PATAGONIA
Terminando el último libro de las “vacaciones” El cementerio de Praga de Umberto Eco.
Nada más lejos de la realidad. Y muy a mi pesar, estoy de
acuerdo con algunas críticas que se le han hecho respecto a su argumento, pero
de todas maneras, no puedo ponerme a la altura de tan eminente escritor.
Como bien dijo en alguna oportunidad, lo importante para él
no era tanto el qué decía sino el cómo lo decía y por allí hay que sacarse el
sombrero.
No obstante, dadas las actuales (y casi siempre históricas)
circunstancias de nuestro país argentina, me gustaría compartir con Udes. unos
párrafos que citaré de un personaje del libro, que viene a explicarme y dar un
punto de vista (o de partida) a la sempiterna
temática del patriotismo, la identidad y acaso gobiernos vs. pueblo.
Y cito: “…Es necesario un enemigo para darle al pueblo una
esperanza. Alguien ha dicho que el patriotismo es el último refugio de los
canallas: los que no tienen principios
morales se suelen envolver en una bandera…La identidad nacional es el último
recurso de los desheredados. …La identidad se funda en el odio hacia los que no
son idénticos….Hace falta odiar a alguien para sentirse justificados en su
propia miseria…”
Estas palabras que dejan al amor como lo anormal y al odio
como lo necesario me dan mucho que pensar. ¿No estamos acaso siempre buscando
alguien a quien echarle la culpa? ¿No
procuran los gobiernos siempre, en vez de agradecer lo que hay, denostar lo que
no haya(o haya) al empezar su función? ¿Estamos
siendo responsables y conscientes? Parece ser que hay una compulsión a lo
negativo y –alejándome de la política partidista- buscamos los errores afuera
nuestro, no en cada
uno.
Nos dejamos llevar del hocico hacia los desafíos más
incongruentes en aras de una verdad desconocida. En pos de una mentira mentida
mucha veces ya…
NO soy filósofa ni filóloga ni doctora ni nada, soy parte de
un pueblo que desea sentirse defendido, amparado y representado por quienes les
ha tocado hacerlo. Que UMBERTO ECO no tenga razón y sea el ODIO el móvil de esta sociedad.
En estos momentos donde SÍ cabría decir yo no fui, es cuando
más se necesita la unión. La búsqueda conjunta de soluciones. Dejar de lado el
relativismo partidario y poner el hombro por esos desheredados, que no son
pocos.
Y los gobernantes, que deben estar trabajando por el país,
esa ¿nación? con una ¿bandera? demostrar de una vez por todas, que no importa
el color, la procedencia, el apellido, el pariente, el poder y el dinero,
importa la vida. Y el futuro.
magdalena pizzio