Entre junio y septiembre
Avanza con sus dedos hurgando entre la hojarasca que
yace al pie de los árboles y teje un sendero musical: pasos entre risas;
llamaradas de lujuriosas pasiones inventan
roces a futuro; secretos y canciones que ocupan esos lugares entre la luz y la
sombra…
No le importa desnudar los arrebatos, desmitificar el
paso del tiempo ni quebrar en mil pedazos el haz del sol, que aún entibia las
mejillas. Y cuando todo lo cubre, con parsimonia pero sin detenerse, ríe en
frío, en escarcha, en nieve, en ramas que lloran su soledad cara al viento. Y
llega.
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